La inspección estructural es un procedimiento esencial para mantener al 100% la seguridad y la operatividad de las instalaciones, tengan la antigüedad que tengan.

Se trata de verificar y certificar el buen estado de las grúas, -su integridad estructural, seguridades, etc.-, mediante un sistema de pruebas y chequeos específicos.

Realizar esta inspección también es beneficioso para la vida de las grúas. En el procedimiento se realizan ensayos no destructivos -NDT- que permiten detectar grietas que a simple vista pueden pasar desapercibidas.

Las pruebas que se realizan a las grúas son muy diferentes a las de otras certificaciones más generalistas, por lo que requieren de una especialización técnica muy alta. Esto incluye adecuaciones a normativas europeas como el marcado CE, o a otras como ASME, AWS…

Estas inspecciones permiten a la propiedad comprobar el buen estado de las grúas, contando con la certificación acreditada de técnicos especialistas y compartiendo la responsabilidad.

¿En qué casos se debe realizar una inspección estructural de grúas?

  • En grúas e instalaciones antiguas, clave fundamental de seguridad y responsabilidad para evitar posibles accidentes.
  • En grúas que quieran ser modificadas, actualizadas o puestas en operación, para conocer su estado funcional y operatibilidad.
  • En instalaciones que estén sufriendo desgastes impropios o se alerte de funcionamientos indebidos o no seguros.
  • En grúas que se han modificado respecto al diseño original, en cumplimiento del marcado CE o el Real Decreto 1215/97, según el caso.
  • En general es crucial contar con la opinión de un experto cada cierto tiempo, dependiente del tipo de grúa y a qué está dedicada.

¿Con qué frecuencia se debe realizar una inspección estructural de grúas?

  • En grúas de hasta 15 años, la recomendación es realizar una inspección cada 5 años.
  • En grúas de 15 años se debería realizar una inspección anual.
  • En las grúas modificadas sobre su diseño original, también debería hacerse una inspección anual.
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