Nos integramos en la APD y asistimos a una jornada sobre entornos VUCA

Nos hemos integrado en la Asociación para el Progreso de la Dirección –APD-, una organización independiente y sin ánimo de lucro que constituye la mayor comunidad de directivos a nivel estatal. Como socios de esta comunidad global nuestro afán es dotarnos de herramientas avanzadas de dirección; acceder a las últimas tendencias, intercambiar experiencias con empresas pioneras y participar en los debates de vanguardia en el mundo empresarial.

Con el afán de ofrecer información y actividades a medida de los retos y las necesidades de las empresas asociadas, la APD cuenta con una cualitativa programación. Su trayectoria se remonta a hace 60 años y dispone una red de sedes y subsedes repartidas por todas las comunidades autónomas. A nivel internacional se estructura en Hub con centros en Portugal, Marruecos, Colombia, Perú y Ecuador.

Nuestra primera actividad ha sido participar en un seminario sobre cómo dirigir en entornos VUCA, impartido por Marcos Urarte. Este experto consultor estratégico es profesor invitado de las principales Escuelas de Negocio a nivel internacional y conferenciante habitual en los más prestigiosos eventos y congresos.

El entorno VUCA define el contexto en el que se desenvuelven las organizaciones en la actualidad, caracterizado por la obligación de adaptarse a los continuos cambios. El nombre surge del acrónimo inglés de los términos volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad, asociados a este entorno.

En este contexto, la estrategia de negocio se asienta fundamentalmente en dos claves: disponer de conocimiento sobre la situación concreta y poder predecir o anticipar el resultado de nuestras acciones. Desde esta perspectiva se aborda la formación constante y la capacidad de afrontar los cambios trabajando valores como el esfuerzo y la perseverancia.

Uno de los conceptos presentados en la jornada que más nos impactó y que consideramos definitivamente innovador es la prospectiva estratégica. Este concepto se encuentra más allá de la simple fijación de objetivos numéricos, más basados en el deseo que en la realidad del escenario que ocupamos.

Frente a esta estrategia voluntarista trazada en la mayoría de las organizaciones, la prospectiva estratégica propone un estudio pormenorizado del entorno; estudiar los dos o tres escenarios posibles obteniendo información de personas y fuentes adecuadas para traducir esa información en un plan de acción, donde, ahora sí, se incluyen los valores numéricos.

El estudio sistemático de diferentes escenarios posibles partiendo del nuestro, nos permite desplegar un abanico de opciones posibles y planes de acción para cada uno de ellos. Cuando la situación real derive hacia uno de estos escenarios nuestra organización dispondrá de un plan de acción, ahorrando tiempo y ejecutando un plan obtenido sin la presión del cambio inminente y la necesidad de respuesta inmediata, pues fue desarrollado en el análisis previo prospectivo.

Para llevarlo a cabo es necesario el conocimiento del sector y de ciertas dinámicas globales y locales, pero el resultado que se obtiene es mucho más enriquecedor que la tradicional reunión de estrategia anual donde aumentamos unos porcientos las ventas y reducimos unos puntos los costes, más con el corazón que con una sistemática sólida detrás.

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