Nuestra experiencia durante la crisis derivada por la pandemia de la Covid-19 nos ha llevado a reflexionar sobre la importancia de apostar en nuestra actividad por el tejido empresarial-social local y nos confirma el valor de esta estrategia.
A lo largo de nuestra trayectoria, siempre hemos partido de fortalecer las raíces en nuestro entorno más cercano. En la gestión empresarial hemos primado la elección de proveedores y colaboradores del País Vasco, sobre todo, pero también a nivel estatal, valorando la fiabilidad que nos aporta esta proximidad. En muchas ocasiones, priorizando este criterio frente a otras consideraciones económicas y elecciones que implicaban mayores márgenes de beneficios. En nuestras alianzas con proveedores nunca nos hemos lanzado a la búsqueda desnuda del precio, al cambio de alianzas basado exclusivamente en los márgenes; hemos dejado pasar de largo este tipo de operaciones cuando las hemos tenido al alcance.
Los hechos recientes nos dan la razón, estamos transitando un nuevo paradigma, la colaboración y confianza mutua, aportan sostenibilidad y resilencia ante la incertidumbre, frente al tradicional paradigma de competencia contra todos.
La alerta sanitaria mundial ha dejado al descubierto las nefastas consecuencias de la deslocalización y todos los peligros que conlleva: la falta de proveedores, productos de baja calidad, fraudes, pedidos que no llegan, incumplimiento de la normativa… que han provocado un parón y un daño sin precedentes cercanos. Por el contrario, ha mostrado la capacidad de respuesta que da en estos momentos unas relaciones consolidadas y de proximidad.
Descendiendo a una escala empresarial, las organizaciones que contamos con esta red estamos resistiendo mejor el envite de la crisis frente a las que han visto cortados todos sus hilos. En nuestro caso, después de las primeras semanas del estado de alerta, que fueron críticas para adaptarnos a la situación, hemos podido seguir trabajando con normalidad en colaboración con nuestros proveedores habituales, que tampoco han parado.
Todo lo que estamos viviendo nos confirma en nuestros compromisos y en la necesidad de seguir en este camino. En un contexto de globalización como el actual, es mas importante que nunca compaginar la actuación global con la fortaleza local.